Pasos para Formar una Familia Sólida

Los matrimonios buenos y las familias sólidas son un gozo, y hacen que el viaje del éxito valga la pena. Pero no ocurren en forma espontánea. El Dr. R. C. Adams, que estudió miles de matrimonios en un lapso de diez años, descubrió que solo el diecisiete por ciento de las uniones estudiadas podían considerarse felices. Y Jarle Brors, director del Instituto para las Relaciones Matrimoniales y Familiares en Washington D.C., dijo: «Finalmente nos estamos dando cuenta de que tenemos que regresar a lo básico para reestablecer el tipo de familias que ofrecen la clase de seguridad en la que los niños pueden crecer». Si queremos tener familias sólidas y matrimonios sanos, tenemos que trabajar arduamente para crearlos. Si usted tiene una familia, o intenta tener una en el futuro, considere las siguientes directrices. Han ayudado en el desarrollo de la familia de John Maxwell, y creo que pueden ayudar a fortalecer la suya.

Demuestre aprecio mutuo

familia, pasos para formar una familia solida, éxito, felicidadEscuche que alguien decía en broma que el hogar es el lugar donde los miembros de la familia acuden cuando se cansan de ser amables con otras personas. Desgraciadamente, algunos hogares parece que funcionan de esa manera. El vendedor pasa el día tratando a sus clientes con su máxima bondad, con frecuencia frente al rechazo, a fin de fortalecer su negocio, pero es rudo con su esposa cuando llega a casa. El doctor pasa el día siendo cariñoso y compasivo con sus pacientes, pero llega a casa agotado y explota con los hijos. Para edificar una familia sólida usted tiene que desarrollar un ambiente que apoye. El psicólogo William James comentó: «En cada persona, desde la cuna hasta la tumba, hay un anhelo profundo de ser apreciado». El sentirse apreciado hace aflorar lo mejor de la persona. Cuando ese aprecio entra en el hogar y se une a la aceptación, el amor y el estímulo, los lazos entre los miembros de la familia crecen, y el hogar se convierte en un puerto seguro para cada uno.

Creo que la capacidad del aprecio mutuo proviene de la capacidad de entender cómo son los miembros de la familia. Si usted es casado, probablemente ya se haya dado cuenta de las muchas diferencias entre usted y su pareja. Quizás hasta espera que haya diferencias. Pero podría sorprenderse al saber que sus hijos son también diferentes, no solo entre ellos, sino de usted y de su esposa.

Un libro escrito por Florence Littauer llamado Personality Plus (Personalidad y más) nos ayudó a Margaret y a mí a entender nuestras diferencias con los niños y con los demás. La información fue una gran sorpresa y alivio. Nos ayudó a entender los cuatro tipos básicos de personalidad:

Sanguíneo: desea diversión; es extrovertido, orientado hacia las relaciones, ingenioso, de trato fácil, popular, artístico, emocional, franco y optimista.

Melancólico: desea la perfección; es introvertido, trabajador, artístico, emocional orientado a las metas, organizado y pesimista.

Flemático: desea paz; es introvertido, no se muestra emotivo, de voluntad firme, orientado a las relaciones, pesimista e impulsado por su propósito.

Colérico: desea el poder o el control; es fuerte de voluntad, decisivo, orientado a las metas, organizado, no es emotivo, es franco, extrovertido y optimista.

 Todos en su familia—y cada persona que encuentre—exhibirá primordialmente características de uno o dos tipos de personalidad.

Otro instrumento para ayudarle a apreciar el carácter único de cada miembro de la familia es la capacidad de ver los talentos naturales del otro o «inteligencias» según lo describe Thomas Armstrong en su libro 7 Kinds of Smart [Siete tipos de inteligencia]. Cuando la mayoría de nosotros mira a los demás, tendemos a medirlos según nuestros propios talentos o en comparación al punto de vista académico y tradicional de la inteligencia. Pero Armstrong describe siete tipos de inteligencias que toda la gente tiene en uno u otro grado:

1. Inteligencia lingüística (capacidad de usar las palabras): Las personas hábiles en esta área pueden argumentar, persuadir, entretener o instruir en forma eficaz usando la palabra hablada. Disfrutan de los juegos de palabras y trivia, leen con voracidad y escriben claramente. Ejemplos: William Shakespeare, James Joyce y Abraham Lincoln.

2.  Inteligencia lógica- matemática (trabajan con números y lógica): la gente con habilidades en esta área tiene la capacidad de razonar, crean hipótesis, piensan en función de causa y efecto y hallan patrones conceptuales o numéricos en las cosas que los rodean. Ejemplos: Albert Einstein, Sir Isaac Newton, Bill Gates.

3.  Inteligencia espacial (piensan en cuadros e imágenes): las personas con habilidad espacial pueden percibir, transformar y recrear diferentes aspectos del mundo espacial visual. Son sensibles a los detalles visuales, pueden visualizar vívidamente, orientarse en el espacio tridimensional y a menudo dibujan o esquematizan ideas. Ejemplos: Pablo Picasso, Thomas Edison y Frank Lloyd Wright.

4.  Inteligencia musical (perciben, aprecian y producen ritmos y melodías): Las personas con esta inteligencia tienen un buen oído, pueden llevar el tiempo, cantan en su nota y escuchan música con discernimiento. Ejemplos: Johann Sebastian Bach, George Gershwin y Beverly Sills.

5.  Inteligencia cinestética-corporal (conocimiento del ser físico): Las personas con dones en esta área son buenas en controlar los movimientos de su cuerpo, manipular objetos con destreza y realizar otras actividades físicas. Ejemplos: Michael Jordan, Charlie Chaplin y Fred Astaire.

6.  Inteligencia interpersonal (entendimiento y capacidad de trabajar con las personas): Los que tienen esta inteligencia pueden darse cuenta y responder a los humores, temperamentos, intenciones y deseos de otros. Ejemplos: Ronald Reagan, Madre Teresa y Zig Ziglar.

7.  Inteligencia intrapersonal (conocimiento del ser interior): Las personas dotadas en esta área son introspectivas, buenas para evaluar sus propios sentimientos, y capaces de un pensamiento espiritual profundo o intelectual. Ejemplos: John Wesley, Laurence Olivier y Joyce Brothers.

Todos nosotros tenemos una mezcla de fortalezas y debilidades en cada una de estas áreas que nos hace únicos. Una vez que entiende bien cómo son los demás miembros de su familia, se hace más fácil ser más sensible y expresar el amor mutuo.

He escuchado que por cada observación negativa hacia un miembro de la familia, se necesitan cuatro afirmaciones positivas para contrarrestar el daño. Por eso es tan importante enfocar el aspecto positivo de la personalidad del otro y expresar el amor incondicional por cada uno, tanto de manera verbal como sin palabras. Es entonces cuando el hogar se convierte en un ambiente positivo para todos.

 Organice su vida para pasar algún tiempo juntos

Se ha dicho que el hogar norteamericano se ha convertido en un césped doméstico por donde los miembros de la familia pasan mientras se encaminan a una multitud de lugares y actividades. Esto parece ser cierto. Cuando era un niño, pasaba mucho tiempo con mis padres, hermanos y hermana. Salíamos en vacaciones familiares, generalmente en auto. Salíamos con regularidad los sábados y disfrutábamos juntos de ir a nadar, ver partidos de fútbol o ir al cine. Cenábamos juntos todos los días. Ese era nuestro tiempo especial en familia, y no hacíamos planes que interfieran con esto.

Como padre, ha sido muy difícil para mí mantener viva esa tradición. Hemos logrado planificar y tener vacaciones juntos, pero a veces hemos tenido que ser muy creativos para algún tiempo pasar juntos. Por ejemplo, cuando los niños aún eran pequeños, siempre trataba de llevarlos a la escuela en la mañana y pasar con ellos algún tiempo. Establecí la práctica de estar unos minutos con cada uno de ellos, individualmente, al irse a la cama. Pero con todo lo que ocurría en nuestra vida tan ocupada, nos dimos cuenta que la única manera de pasar tiempo juntos era planificarlo cuidadosamente.

Cada mes paso varias horas examinando mi programa de viajes, decidiendo sobre las lecciones que debo escribir, pensando en los proyectos que debo completar, etc. Y en ese momento, planifico mi trabajo para todo el mes. Pero antes de marcar mis compromisos de trabajo, anoto todas las fechas importantes para las actividades familiares. Marco con un cuadrado los cumpleaños, aniversarios, juegos de pelota, presentaciones teatrales, ceremonias de graduación, conciertos y cenas románticas. También programo mis momentos personales con Margaret y con cada uno de los chicos de modo que sigamos fortaleciendo nuestra relación. Cuando todo esto tiene fecha, entonces planifico mi programa de trabajo alrededor de ellos. He hecho esto durante años, y ha sido la única forma de impedir que mi trabajo saque a mi familia del programa. He descubierto que si no organizo mi vida estratégicamente para pasar tiempo con mi familia, entonces no ocurrirá.

Además de programar acontecimientos especiales, es importante observar las tradiciones familiares o simplemente tener momentos de diversión. Ambos crean memorias especiales y unidad entre los miembros de la familia. Las tradiciones tienen el valor adicional de crear continuidad dentro de la familia, aun en medio de los rápidos cambios. En realidad no importa lo que haga siempre y cuando lo disfruten juntos: contemplar los fuegos artificiales, adornar el árbol de navidad, ir a Disneylandia en las vacaciones, preparar una cena especial en el día de Acción de Gracias. Sea creativo e inicie sus propias tradiciones.

Enfrente la crisis de un modo positivo

Todas las familias tienen problemas, pero no todas responden a ellos de la misma manera. Esto hace la diferencia entre una familia que permanece unida y las que a duras penas se mantiene juntas. He notado que algunas personas que buscan el éxito parecen evitar el ambiente familiar. Sospecho que una razón es que no pueden manejar bien las crisis familiares. Encuentran más fácil tratar de eludir completamente el problema. Pero esa no es una solución.

M. Scott Peck, autor de The Road Less Traveled [El camino menos andado], ofrece algunas ideas extraordinarias sobre el tema de los problemas y cómo manejarlos: Es en todo este proceso de enfrentar y resolver problemas es que la vida adquiere sentido. Los problemas son el filo que separa al éxito del fracaso. Los problemas llaman a dar un paso adelante a nuestro valor y sabiduría; de hecho, ellos crean nuestro valor y sabiduría. Gracias a los problemas crecemos mental y espiritualmente… Es a través del dolor de confrontar y resolver problemas que aprendemos. Como dijo Benjamín Franklin: «Las cosas que lastiman, enseñan».

Si vamos a crecer como familias y a tener éxito en el hogar—y en otras áreas de nuestra vida—debemos aprender a tratar las dificultades que encontramos allí. Estas son algunas estrategias que le ayudarán en el proceso de resolver problemas:

• Ataque el problema, nunca a la persona. Siempre trate de servir de apoyo. Recuerde que todos ustedes están del mismo lado. No descargue sus frustraciones sobre las personas. En lugar de esto, ataque el problema.

• Reúna todos los hechos. Nada puede causar más daño que llegar a falsas conclusiones durante una crisis. No desperdicie su energía emocional y física tratando de resolver el problema equivocado. Antes de tratar de encontrar la solución, asegúrese de saber lo que realmente está ocurriendo.

• Haga una lista de todas las alternativas. Esto puede sonar un tanto analítico, pero realmente ayuda porque puede mirar un asunto emocional con alguna objetividad. Además, si ha tenido un problema en el trabajo, probablemente querrá repasar el proceso. Dé a un problema familiar el mismo tiempo y energía que le daría a un problema profesional.

• Escoja la mejor solución. Mientras escoge una solución, siempre recuerde que las personas son su prioridad. Haga su elección de acuerdo a esto.

• Busque lo positivo del problema. Como dijo el Dr. Peck, «las cosas difíciles nos dan la oportunidad de crecer». No importa lo mala que parezca una situación al momento, casi todo trae algo positivo.

• Nunca niegue su amor. No importa cuán malas estén las cosas o lo enojado que esté, nunca le niegue su amor a su esposa o a sus hijos. Dígales cómo se siente. Reconozca el problema. Pero siga amando incondicionalmente a su familia a través de todo problema.

Este último punto es el más importante de todos. Cuando se siente amado y apoyado por su familia, puede superar casi cualquier crisis. Puede realmente disfrutar del éxito.

Comuníquese continuamente

Un artículo en el Dallas Morning News informaba que el promedio de los matrimonios con diez o más años de casados dedicaba solo unos treinta y siete minutos semanales a una comunicación significativa. Casi no podía creerlo. Compare esto al hecho de que el norteamericano promedio dedica diariamente casi cinco veces ese tiempo a ver televisión. ¡Con razón tantos matrimonios están en problemas!

Como cualquiera otra cosa, la buena comunicación no se desarrolla por sí misma. Hay que cultivarla, y ese proceso requiere tiempo y esfuerzo. Estas son algunas sugerencias que le ayudarán a hacerlo:

• Desarrolle estructuras de comunicación. Encuentre razones creativas para conversar unos con otros. Salgan juntos como familia a dar paseos en los que puedan conversar. Llame a su esposa un par de veces durante el día. Almuercen juntos una vez por semana. Ofrézcase a llevar a los niños a la práctica de fútbol para que puedan conversar. En casi cualquier lugar se puede establecer comunicación.

• Controle a los asesinos de la comunicación. La televisión y el teléfono probablemente quiten la mayor parte del tiempo que la familia tiene para comunicarse. Limite la cantidad de tiempo que les dedica, y se sorprenderá de la cantidad de tiempo que tiene para conversar.

• Estimule la honestidad y la transparencia en la conversación. Las diferencias de opinión son saludables y normales en una familia. Anime a todos los miembros de su familia a hablar de lo que piensan, y cuando lo hayan hecho, nunca los critique o ridiculice.

• Adopte un estilo de comunicación positivo. Esté consciente de la manera en que usted interactúa con los miembros de su familia. Quizás haya adoptado un estilo que reprime la comunicación franca.

Si usted tiene la costumbre de usar cualquier estilo que no sea el de cooperación, comience a trabajar de inmediato para cambiarlo. Tendrá que hacer esto si desea edificar una buena relación con su familia.

Edifique su matrimonio

Finalmente, si usted es casado, lo mejor que puede hacer para fortalecer su familia es cultivar su relación matrimonial. Es, definitivamente, lo mejor que puede hacer por su esposa, pero también tiene un increíble impacto sobre sus hijos. Mi amigo Josh McDowell afirmó sabiamente: «Lo más grande que un padre puede hacer por sus hijos es amar a la madre de ellos». Y lo más grande que una madre puede hacer por sus hijos es amar al padre de ellos.

Un ingrediente que frecuentemente falta en muchos matrimonios es la dedicación para hacer que las cosas marchen. Los matrimonios pueden comenzar por amor, pero se mantienen por compromiso. El investigador de la sexualidad, Dr. Alfred Kinsey, que estudió seis mil matrimonios y tres mil casos de divorcio, reveló que «nada puede haber más importante en un matrimonio que la determinación de persistir. Con dicha determinación, los individuos se esfuerzan por ajustarse y aceptar situaciones que serían razones suficientes para la ruptura, si el continuar el matrimonio no fuera el objetivo principal». Si quiere ayudar a su esposo, a sus hijos y a usted mismo, comprométase a edificar y mantener un matrimonio firme.

El entrenador de la NBA, Pat Riley dijo: «Mantenga una vida familiar por un largo periodo de tiempo y podrá mantener el éxito por un largo periodo de tiempo. Lo primero es lo primero. Si su vida está en orden puede hacer lo que quiera». Hay definitivamente una correlación entre el éxito familiar y el éxito personal. El edificar una familia firme no solo pone los cimientos para el éxito futuro, sino que también otorga un sentido más profundo a la vida.

Creo que pocas personas han sido realmente exitosas sin una familia positiva, que los apoye. No importa cuán grandes sean los logros de una persona, creo que todavía les falta algo cuando trabajan sin el beneficio de sus parientes más íntimos. Es cierto, hay personas con vocación de solteros, pero son pocos. Para la mayoría de las personas, una buena familia le ayuda a conocer su propósito y a desarrollar su potencial y les ayuda a disfrutar del viaje con una intensidad que no es posible de otra manera. Cuando se llega al punto de sembrar semillas que beneficien a los demás, ¿quiénes podrían derivar de usted los mejores beneficios sino los miembros de su propia familia?

A veces nos tienen que dar una sacudida para darnos cuenta de la manera tan poco aceptable en la que hemos interactuado con los miembros de nuestra familia. Sé que esto le ocurrió a un amigo que conocí debido a mi participación en el movimiento de hombres cristianos «Cumplidores de Promesas». Me contó que un día, cuando su hija estaba en primero o segundo grado, se pidio a la clase que hiciera un dibujo de la familia. A ella le gustaba dibujar, así que emprendió la tarea con mucho gusto. Esa tarde, orgullosa, trajo el cuadro a casa y lo mostró a sus padres. Cuando mi amigo miró el dibujo, dijo:

—¿De qué trata el dibujo?

—Somos nosotros y nuestro hogar—respondió—. La maestra nos pidió hacer un dibujo de nuestra familia.

Él miró el dibujo detenidamente y vio que estaban todos, menos él.

—Querida, ¿dónde está papá en el dibujo?

—No está—dijo.

—¿Por qué no?

—Es un cuadro de nuestro hogar, y tú nunca estás aquí—explicó.

Fue como si le hubieran tirado un piano encima. Ella lo había dicho sencillamente como un hecho, sin malicia ni deseo de hacerlo sentir culpable. Ese fue el día que él decidió dar vuelta al autobús y regresara a buscar a su familia.

Si usted ha estado viajando por el camino del éxito pero no se ha preocupado de llevar consigo a su familia, es el momento de dar un viraje en U. Regrese y recoja a las personas que más le importan en la vida. Y comprométase a viajar únicamente en un viaje que los incluya a ellos. ¿Qué mayor gozo podría existir que un viaje del éxito en familia?