4 Maneras de Ejercitar la Imaginación

¿Es usted creativo? Si es como la mayoría de la gente, tal vez crea que no. Desde niños nos enseñan que la creatividad es un don excepcional y misterioso, que sólo los artista lo poseen y que es una función del “hemisferio derecho” del cerebro, aunque no sepamos lo que eso significa.

Con todo, las investigaciones que desde hace 20 años vengo realizando en laboratorio me han llevado a concluir que la creatividad está al alcance de todo el mundo, sin excepción. De hecho, en los últimos años he conseguido aplicar con éxito algunos de los resultados que he obtenido en el laboratorio a situaciones reales con niños, maestros, padres de familia y ejecutivos de empresa.

Usted también puede aumentar su creatividad practicando los siguientes ejercicios. Podrían ser lo único que lo separe de las personas más creativas de la historia.

Atrape las ideas

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Las ideas originales son fugaces, como conejos que pasaran corriendo por la conciencia. Por lo general, si no las cogemos al vuelo, se pierden para siempre. Las personas que se dedican a cultivar la imaginación aprenden a identificar y a retener las ideas nuevas, a “atraparlas”.

Salvador Dalí, el gran pintor surrealista, solía sacar ideas para sus cuadros del fértil estado de duermevela que antecede al sueño. Colocaba un plato junto a un sillón y se arrellanaba en éste sosteniendo una llave arriba del plato. En el momento en que se quedaba dormido, lo despertaba el ruido de la llave al caer en el plato. Entonces hacía sin pérdida de tiempo un esbozo de las insólitas visiones que estaba teniendo.

Todos tenemos momentos de gran intuición poco antes de hundirnos en el sueño profundo. Dalí simplemente discurrió una manera de retener algunas de esas intuiciones.

Por eso los pintores llevan siempre consigo cuadernos de dibujo para hacer bocetos, y los inventores y los escritores cargan con libretas o computadoras portátiles, o toman notas en servilletas o en cualquier trozo de papel que tengan a la mano.

He aquí un ejercicio sencillo que he ideado para convencer a la gente de su potencial creativo. Lo llamo “atrapar una ensoñación”:

Cierre los ojos y deje que su mente divague a sus anchas durante unos minutos. Para ello no hay más que relajarse y dejar fluir los pensamientos sin dirigirlos voluntariamente. ¿Se imaginó que salía de la habitación, o del planeta? ¿Voló a las estrellas? Con tiempo suficiente y sin distracciones, todo el mundo ve, oye o percibe cosas imposibles de experimentar en la realidad cotidiana.

He puesto a la gente a practicar este ejercicio en todo el mundo, incluso en Japón, donde, quizá por motivos culturales, pocas personas se consideran creativas. Sin embargo, al cabo de unos minutos, hasta los japoneses tienen ensoñaciones tan ricas y fecundas como las de Salvador Dalí. En una ocasión, uno de los participantes dijo: “Volé a la azotea del edificio de al lado y vi el nuestro derrumbarse mientras me comía un sándwich”. (En el edificio contiguo se encontraban las oficinas de la IBM. ¿Acaso esto significaba que el hombre pretendía un mejor empleo?)

Atrapar ensueños es más fácil en ciertas circunstancias y a determinadas horas del día. Para algunos, los lugares más propicios para la creatividad son la cama, el baño o el autobús, sobre todo si tienen a la mano lápiz y papel. Otros necesitan sentarse a la orilla de una piscina o recluirse en una cabaña solitaria en medio del bosque.

Afronte desafíos

Una manera de incrementar el flujo de ideas originales consiste en colocarse en una situación difícil, de la que tenga pocas probabilidades de salir airoso. Aunque no lo parezca, el fracaso puede ser un manantial de creatividad… si lo utilizamos adecuadamente.

Cuando fracasamos solemos sentirnos frustrados y —lo que es más importante para la creatividad— comenzamos a ensayar comportamientos distintos. Muchas ideas se enfrentan y compiten en nuestra mente, lo que intensifica el proceso creativo.

Imaginemos que usted intenta hacer girar la perilla de una puerta. Aunque siempre ha girado sin dificultad, está vez está atorada. Usted aplica más fuerza. Luego, tal vez tire de ella, la empuje o la sacuda, y puede que hasta arremeta contra la puerta a empollones o patadas. Incluso podría llegar a pedir auxilio a gritos. Al final, estos esfuerzos, motivados por pautas de comportamiento bien establecidas, podrían dar lugar a nuevas soluciones. En pocas palabras, la creatividad no tiene nada de misterioso: es sólo una extensión de lo que ya sabemos.

A fin de incrementar la creatividad también se puede recurrir a los “problemas sin solución”. ¿Es realmente útil colocarnos en situaciones que nos hagan sentir frustrados? Sí, y mil veces sí. Si siente usted impotente, ya tiene algo en común con los grandes poetas, compositores e inventores de todos los tiempos, y es muy probable que esté a punto de discurrir una idea original.

Procure dedicar 15 minutos a la semana, con sus hijos, amigos o compañeros de trabajo, a buscar solución para uno de estos problemas:

★ Cómo hacerse millonario en una semana.

★Cómo arreglárselas para ya no tener que hacer tareas domésticas.

★ Cómo mejorar el horrible clima de su localidad.

★ El envejecimiento es una carga. Elimínelo.

No encontrará soluciones, claro, pero estos acertijos estimularán su imaginación.

Ensanche sus horizontes

Cuantos más conocimientos tenga usted, tanto mayor será su capacidad creativa.

Un día, en los años 40, cuando el ingeniero suizo George de Mestral regresaba de un paseo por el bosque, notó con fastidio que tenía los pantalones cubiertos de cadillos. Con ayuda de un microscopio, vio que los cadillos estaban erizados de espinas ganchudas que se habían prendido a las fibras de la tela. Mestral echó mano de sus conocimientos de diversas disciplinas y se puso a experimentar para crear un sistema artificial de adherencia a base de ganchillos y fibras. El invento que surgió de sus experimentos, el Velero, combinó sus años de estudios de ingeniería con su interés por la botánica.

Un gran número de adelantos han sido posibles gracias a que sus creadores tenían conocimientos variados. Si usted quiere aumentar su creatividad, estudie temas de los que no sepa nada… ni quiera saber. Si suele leer únicamente novelas de misterio, lea un libro de historia. Si cuando llega a casa se pone a ver deportes en la televisión, sintonice un canal de programas educativos. En el auto, busque en el radio un programa nuevo y diferente.

Dé variedad a su entorno

Por último, puede promover su creatividad rodeándose de estímulo variado y, más importante aún, cambiándolos periódicamente.

Coloque sobre su escritorio algún objeto fuera de lo común (unas pinzas, una vela) o simplemente cambie de lugar algunos objetos de su habitación. Los estímulos variados y cambiantes fomentan ideas también variadas y cambiantes.

Su manera de relacionarse con los demás puede constituir otro entorno estimulante para la creatividad. Las reuniones de aportación de ideas, por ejemplo, deben su eficacia en parte a que los participantes se ven expuestos a muchos estímulos. Sin embargo, la posibilidad de ser objeto de desaprobación puede inhibir la creatividad.

En mis investigaciones he descubierto que los grupos «oscilantes» (que realizan alternativamente reuniones de pocas y muchas personas) suelen ser dos veces más imaginativos que los que sólo se reúnen en pleno. ¿Por qué? Porque la creatividad es un proceso individual.

Armados de más creatividad, todos estaríamos mejor preparados para resolver las pequeñas dificultades de la vida diaria. La consiguiente explosión de ideas y avances podría alcanzar las alturas que alcanzo en el Renacimiento.