Una Persona Influyente ayuda a otros a Alcanzar sus Metas

Ayudar a las personas a ampliarse y desarrollar su potencial facilita que avancen a todo un nuevo nivel de vida. Pero no importa cuánto crezcan y aprendan, aún han de enfrentar obstáculos. Cometerán errores. Enfrentarán problemas en lo personal y lo profesional. Y circunstancias que no podrán sobrepasar sin alguna ayuda. Si quieres ser una persona influyente navega por los demás.

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Una persona reconocida por tratar de ayudar a los demás a resolver sus problemas es Ann Landers. Hablando respecto a lo que ha aprendido de las personas a través de las cartas recibidas para su columna, dijo:

He aprendido bastante, incluyendo, más significativamente, lo que tenía en mente Leo Rosten al decir: «Cada uno de nosotros está un tanto solitario, muy dentro, y grita porque quiere ser comprendido». He aprendido cómo son las cosas con las personas sufridas y torturadas en este mundo que no tienen a nadie con quien hablar. El hecho de que la columna tenga éxito afirma, por lo menos para mí, la tragedia central de nuestra sociedad, el aislamiento, la inseguridad, el temor que confunde, daña, y paraliza a tantos de nosotros. He aprendido que el éxito financiero, los logros académicos, y la posición social o política no abren las puertas a la paz mental o la seguridad interna. Todos deambulamos, cual ovejas, en este planeta.

Las personas a quienes influye necesitan su ayuda, especialmente las que tratan de llegar a un nuevo nivel, cuando comienzan una nueva aventura, o entran a una nueva fase de vida. Les hace falta alguien que les dirija o les guíe. Mel Ziegler, fundador de Banana Republic, delineó la habilidad del dirigente para navegar al escribir:

El líder descubre el cisma oculto entre dónde están las cosas y dónde estarían mejor, y teje un puente temporal para tratar de cruzar. Desde el otro lado guía a los que se atrevan a cruzar este curso tan frágil hasta que los ingenieros puedan construir un trecho más firme para todos. 

El líder es uno que ve más que los otros, más allá que los demás, y antes que ellos. Leroy Eims

Para la mayoría de las personas, el liderazgo que necesitan no es simplemente un hecho singular, solo una hondonada por cruzar. Muchos necesitan dirección de manera continua hasta que pueden organizar sus vidas, y luego pueden ser animados a realizar el viaje por su cuenta. Eso se parece más a una travesía oceánica en la cual tiene que navegar con ellos que a una hondonada que debe obligarlos a cruzar. Tiene que ayudarlos a encontrar su camino, identificar los témpanos, y sobrepasar las aguas tormentosas, y tiene que viajar con ellos, al menos hasta que anden por el curso correcto y puedan aprender a navegar por su cuenta.

EL NAVEGANTE IDENTIFICA EL DESTINO

Un buen navegante ayuda a las personas a identificar su destino. En Sea el líder que se supone que fuera, Leroy Eims escribió:

El líder es uno que ve más que los otros, más allá que los demás, y antes que ellos.

Es importante presentar una visión del futuro de las personas para que puedan animarse a crecer. El próximo paso es mostrarles su destino de una manera más concreta. Muchos de los que están insatisfechos y desanimados se sienten así porque no se aferran a la visión para ellos. Dicen que:

Enterrar nuestros sueños es enterrarnos a nosotros mismos, porque realmente somos “el material del que están hechos los sueños”.

Tiene que ayudar a otros a descubrir su sueño y entonces movilizarlos hacia él. Sin movimiento, no puede navegar. Y cualquier movimiento será progreso solo si es en dirección a la meta.

Quizás ya reconozca gran parte del potencial de las personas que trata de conducir, pero necesita conocerlas mejor. Para ayudarlas a reconocer la meta por la cual se esforzarán, le hará falta conocer lo que les interesa en verdad, lo que les motiva. Para hacerlo, averigüe lo siguiente:

•     ¿Qué los hace llorar? Para saber a dónde verdaderamente desean ir las personas, debe conocer lo que toca sus corazones. La pasión y la compasión son motivadores apremiantes. Se dice que las grandes mujeres y hombres de la historia lo fueron no por lo que se ganaron, sino por lo que entregaron de su vida para alcanzar la meta. Oiga con su corazón y es probable que descubra las cosas por las cuales otros están dispuestos a entregarse.

•     ¿Qué los hace cantar? Frank Irving Fletcher observó: «Ningún hombre puede realizar las cosas si su corazón es más pesado que su carga». Hay una gran diferencia entre las cosas que tocan los corazones de las personas y las que los abruman. A la larga, las personas tienen que dedicar mucha energía a lo que les da gozo. Buscar entusiasmo en las personas que conduce le dará otra pista de su meta propuesta.

•     ¿Qué los hace soñar? Napoleón Hill afirmó: «Encaríñese con sus visiones y sus sueños como si fueran los niños de su alma; los planos para sus logros definitivos». Si puede ayudar a las personas a descubrir sus sueños y creerlos en verdad, puede ayudarlos a cumplir su objetivo.

EL NAVEGANTE TRAZA EL CURSO

Cuando uno considera las pasiones, el potencial, y la visión de las personas está mejor capacitado para ver a dónde realmente desean ir porque los ve con mayor profundidad y discernimiento. Muchas veces, las personas dicen que su meta es la felicidad o el éxito, pero de identificar una cosa tan somera como su destino, su desilusión está segura. Como enfatizara John Condry:

La felicidad, la riqueza, y el éxito son el resultado de fijar metas; no pueden ser las metas mismas.

Una vez que asista a otros como navegante para que identifiquen una visión para sus vidas, tiene que ayudarlos a encontrar alguna manera de realizarla. Y eso implica trazar un curso y establecer metas. J. Meyers señaló: «Un lapicero #2 y un sueño pueden llevarlo a cualquier parte». Indudablemente entendió el valor de la planificación y de escribir las metas. Eso no significa que las cosas siempre salgan como uno espera, pero tiene una ventaja con el plan de acción. Una buena regla a seguir es establecer sus metas de manera concreta y escribir sus planes en la arena.

Para ayudar a las personas a trazar su curso, preste atención a estas áreas:

A donde tienen que ir

Se sorprendería de lo mucho que pueden alejarse del camino las personas al tratar de alcanzar sus metas. Como escribiera E.W. Howe en El éxito es más fácil que el fracaso:

Algunas personas atacan Alpes imaginarios durante toda su vida, y mueren en las colinas maldiciendo las vicisitudes inexistentes.

Aquellos que aún no experimentan el éxito muchas veces no saben qué es lo que hace falta para avanzar de donde están hacia donde quieren ir. Se lanzan a un laberinto de actividad porque no reconocen que pueden tomar un sendero más fácil. Como navegante, usted ha de mostrarles el mejor curso.

Lo que tienen que conocer

Escuchamos un relato cómico de un esposo que deseaba ayudar a su esposa porque sospechaba que tenía problemas auditivos. Una noche se paró al otro lado del cuarto, apartado de ella, vuelto de espaldas, y muy quedo, dijo: «¿Me oyes?» Ella no respondió, así que se acercó y repitió: «¿Me oyes, ahora?» Nada todavía. Se acercó más y preguntó: «¿Me oyes?» No escuchó respuesta, así que al fin repitió la pregunta directamente detrás de ella. Esta se volteó para verlo y le dijo: «Por cuarta vez, ¡Sí!»

Por ahí hay demasiadas personas parecidas a ese esposo. Quieren tener éxito y ayudar a otros, pero su malinterpretación o falta de conocimiento se los impide. Un buen navegante reconoce los puntos ciegos en otros, los identifica con gentileza, y ayuda a las personas a sobreponerse a ellos.

Cómo tienen que crecer

Cuando navegue por otros, recuerde que no pueden completar todo el viaje en un solo día. Tienen que crecer hacia sus metas y tomar las cosas con calma, paso a paso. Un experimento realizado por Alfred J. Marrow, presidente de una compañía con un doctorado en sicología, ilustró este hecho. Estaba interesado en encontrar una manera de ayudar a los empleados sin entrenamiento a alcanzar la ejecución óptima, e igualar las medidas de sus empleados diestros y entrenados tan pronto como fuera posible.

Marrow decidió dividir algunos empleados nuevos en dos grupos. En el primero, les pidió a los obreros sin entrenamiento que igualaran la producción de los entrenados en doce semanas. Con el segundo grupo, estableció metas semanales ascendentes. La meta de cada semana era un poco más ambiciosa que la de la anterior. 

En el primer grupo con una sola meta, solo 66 por ciento de los obreros pudieron satisfacer sus expectativas. Pero el segundo grupo con las metas intermedias trabajó significativamente mejor y pudo igualar más rápido los promedios de producción de los obreros experimentados de la compañía.

Mientras trabaja con las personas, ayúdelos a averiguar no solo su destino a largo plazo, sino también los pasos cortos por el camino. Ayúdelos a identificar metas inalcanzables que les inspiren confianza, y progresarán.

EL NAVEGANTE ANTICIPA LAS COSAS

Pocas cosas desaniman más que ser debilitado, sobre todo cuando alguien que pudo ayudar no hace nada mientras sucede. Por eso anticipar las cosas por otros es parte de su tarea como navegante. Como líder y mentor de las personas, usted visita lugares que ellos todavía no han visitado, tiene experiencias que ellos aún no tienen, y ha alcanzado conocimientos que ellos todavía no desarrollan. Usted tiene la habilidad de prepararlos como debe, y ya no está cumpliendo una de sus funciones más importantes como líder. El cómico estadounidense Arnold H. Glasow percibió el significado de esto: «Una de las pruebas del liderazgo es reconocer un problema antes de que se convierta en una emergencia». Eso es algo que las personas menos experimentadas que ayuda no pueden hacer por su cuenta al principio.

He aquí cuatro cosas que debe ayudarlos a entender al emprender el camino:

1. Todo el mundo enfrenta problemas

Alguien mencionó: «Si mantiene su cordura cuando todos a su alrededor la pierden, usted simplemente no entiende el problema». A medida que guía a las personas y los ayuda a crecer, es posible que perciba que un día esperan alcanzar un punto en que desaparezcan los problemas. No importa cuán lejos vayan o cuánto éxito lleguen a tener, enfrentarán dificultades siempre, como dijo el escritor y promotor de artistas Elbert Hubbard: «El hombre que no tiene más problemas por resolver está fuera del juego».

El Barna Research Group [Grupo de investigaciones Barna] encuestó a más de mil doscientas personas para acumular información respecto a los problemas que enfrentaban. Se les pidió que identificaran su necesidad o problema más apremiante. He aquí sus respuestas junto con el porcentaje de personas según el grado de los problemas más apremiantes:

39% Financieros

16% Laborales

12% Salud personal

8% Tiempo y tensión

7% Crianza de los hijos

6% Logros académicos

3% Temor al crimen

3% Relaciones personales

Como puede ver, las personas enfrentan varios problemas, y el dinero parece ser el mayor. Prepárese a asistirlos. Y recuerde resolver sus asuntos antes de tratar de ayudar a los demás con los suyos.

2. Las personas con éxito enfrentan más problemas que las que no lo tienen

Otro malentendido común y corriente es que las personas exitosas logran las cosas porque no tienen problemas. Pero eso no es cierto. En su libro Holy Sweat [Sudor santo], Tim Hansel cuenta este relato:

En 1962, Victor y Mildred Goertzel publicaron un revelador estudio de 413 personas famosas y excepcionalmente dotadas. El estudio se intituló Cradles of Eminence [Cuna de la eminencia]. Estos dos investigadores se pasaron años tratando de entender la fuente de la grandeza de esas personas, el vínculo común que unía la vida de todas estas distinguidas personas. El hecho más relevante fue que casi todos ellos, 392, tuvieron que superar muchos obstáculos difíciles para llegar a ser lo que eran. Sus problemas se convirtieron en oportunidades más que en obstáculos.

Las personas no solo superan obstáculos para llegar al éxito, sino que aun luego de lograr un nivel de éxito, continúan enfrentando problemas. Las malas noticias son las que mientras más avanzan, más complican la vida tanto personal como profesionalmente. Los itinerarios llegan a ser más incómodos, aumentan los asuntos monetarios, y se demanda más de ellas. Pero las buenas nuevas son que de continuar creciendo y desarrollándose, su habilidad para lidiar con los problemas también aumentará.

3. El dinero no soluciona los problemas

Otra creencia errónea es que el dinero soluciona todos los problemas. En verdad lo cierto es lo opuesto, las personas con dinero tienden a estar menos contentos y tienen más problemas. Por ejemplo, Ernie J. Zelinski cita una encuesta reciente que muestra que un porcentaje mayor de las personas que ganan más de $75,000 al año están menos satisfechas con sus sueldos que las que ganan menos. También señaló:

Un gran porcentaje de ricos tienen más problemas de alcohol y drogas que la población general. Tengo una teoría sobre cuán bien estaríamos con mucho dinero. Si estamos felices y resolvemos los problemas cuando ganamos $25,000 al año, estaremos felices y resolveremos bien los problemas cuando tengamos mucho más dinero. Si somos infelices y no resolvemos los problemas con $25,000 al año, podemos esperar lo mismo con más dinero. Seremos igualmente infelices y no resolveremos los problemas, pero con más comodidad y estilo.

En definitiva, debe tratar de ayudar a las personas a entender que el dinero no sustituye las destrezas básicas para resolver los problemas que necesitan desarrollar. Los conflictos financieros casi siempre son un síntoma de otras dificultades personales.

4. Los problemas proveen una oportunidad para el crecimiento

Mientras anticipa las cosas y ayuda a las personas, percátese de que aunque los problemas causan dolor, también proveen una excelente oportunidad para el crecimiento.

O como lo dice la autora Nena O’Neill: «De cada crisis viene la oportunidad para renacer».

El pueblo de Enterprise, Alabama, entiende esa idea.

Allí hay un monumento a un insecto mejicano, construido en el 1919. La historia tras el mismo es que en 1895, el insecto destruyó la principal cosecha del condado, el algodón. Después de ese desastre, los agricultores locales comenzaron a diversificar sus siembras, y la cosecha de maní del 1919 excedió mucho el valor de las mejores cosechas de algodón. En el monumento se registrán las siguientes palabras: «Con profundo aprecio al insecto y lo que hizo como heraldo de la prosperidad … De un momento de lucha y crisis llegó un nuevo crecimiento y el éxito. Tras la adversidad vino la bendición».

Como ciertamente ha observado, no todo el mundo se ocupa de los problemas de la vida en la misma forma. El historiador Arnold Toynbee creía que todas las personas reaccionan de una entre cuatro maneras bajo circunstancias difíciles:

1. Refugiarse en el pasado

2. Soñar con el futuro

3. Ensimismarse y esperar que alguien les rescate

4. Enfrentar la crisis y transformarla en algo útil

Mientras ayude a otros, permítales saber que podrían aguardarlos aguas tormentosas. Muéstreles que es sabio anticipar las cosas como mejor puedan. Y cuando lleguen los problemas, anímelos a enfrentarlos y a tratar de mejorarse como resultado.

EL NAVEGANTE HACE CORRECCIONES EN LA TRAYECTORIA

Oímos que antes del tiempo de los sofisticados equipos de navegación electrónicos, el navegante acostumbraba leer las estrellas en un momento particular en medio de la noche, determinaba cuán desviada de la trayectoria estaba la nave, y ajustaba el curso. No importa la precisión con que se estableciera el curso original o cuán cuidadosamente el timonel siguiera sus directrices, la nave siempre se salía de la trayectoria y requería ajustes.

Las personas son iguales. No importa cuán enfocadas estén o cuán bien planifiquen, se salen del curso. El problema llega cuando se les dificulta realizar las correcciones, ya sea porque no saben que están desviados, o porque desconocen qué deben hacer para arreglar las cosas. No todo el mundo puede solucionar los problemas de manera natural. Para la mayoría de las personas, es una destreza por aprender. John Foster Dulles, ministro de estado durante el gobierno de Eisenhower, propuso que «la medida del éxito no es que uno tenga un problema difícil con el cual tiene que lidiar, sino si es el mismo problema que tuvo el año pasado». Como navegante, puede ayudar a las personas a evitar esa situación.

Enséñeles a no escuchar a los críticos incrédulos

En el libro Principle—Centered Leadership [Liderazgo centrado en principios], Stephen Covey cuenta cómo Colón fue invitado en una ocasión a un banquete en donde se le ofreció el lugar más honorable en la mesa. Un cortesano frívolo que sentía celos por él, preguntó abruptamente:

—Si usted no hubiera descubierto las Indias, ¿acaso no hay otros hombres en España que podrían haber realizado la empresa?

Colón no respondió pero tomó un huevo e invitó a la compañía a que lo pararan. Todos lo intentaron, pero nadie lo logró, después de lo cual el explorador hizo una hendidura en la mesa, y lo paró.

—¡Así podríamos haberlo hecho todos!—gritó el cortesano.

—Sí, si solo hubiera sabido cómo—respondió Colón—. Y una vez que les mostré el camino hacia el Nuevo Mundo, nada es más fácil que seguirlo.

La verdad es que es cien veces más fácil criticar a otros que encontrarles soluciones a los problemas. Pero la crítica no le lleva a ninguna parte. Alfred Armand Montapert lo resumió de esta manera: «La mayoría percibe los obstáculos; pocos ven los objetivos; la historia registra los éxitos de estos últimos». Ayude a las personas bajo su influencia a ignorar a los críticos y mantener sus ojos en el gran panorama. Muéstreles que la mejor manera de silenciar las críticas es solucionar el problema y continuar.

Entrénelos para que no se abrumen por los retos

Un jugador novato de las grandes ligas enfrentó al lanzador Walter Johnson por vez primera cuando este estaba en su apogeo. El bateador terminó con dos lanzamientos perdidos y regresó al banco. Le dijo al árbitro que se quedara con el tercero, había visto suficiente.

Es probable que casi cualquiera se desanime al enfrentar problemas difíciles. Por eso es una buena idea dirigir a las personas a través de sus conflictos, especialmente a principios del proceso de consejería cuando comienza a ayudarlos a navegar. Anímelos a mantener una actitud positiva, y bríndeles estrategias para solucionar los problemas.

El experto en administración Ken Blanchard recomienda un proceso de cuatro pasos para solucionar problemas que incluye: (1) pensar en el problema para determinarlo, (2) crear teorías para solucionarlo, (3) predecir las consecuencias al establecer las teorías, y (4) elegir cuál método usar basados en un panorama amplio. Blanchard dice: «Ya sea que usted elija unas vacaciones o un cónyuge, un partido o un candidato, una causa a la cual contribuir o un credo para vivir, ¡piense!» No hay problemas imposibles. El tiempo, el pensamiento, y una actitud positiva pueden solucionar casi cualquier cosa.

Anímelos a buscar soluciones sencillas

Hay un par de claves para el método más efectivo de solucionar problemas. La primera es reconocer que la manera sencilla de solucionarlo es mejor que la más sagaz. Un ejemplo de la vida de Thomas Edison ilustra bien este punto. Se dice que tenía una manera singular de emplear ingenieros. Le daba al aplicante un bombillo y le preguntaba: «¿Qué cantidad de agua puede contener?» Había dos maneras en las que los ingenieros casi siempre trataban de solucionar el problema. La primera era medir todos los ángulos del bombillo, y luego utilizar esas medidas para calcular el área de la superficie. Ese método algunas veces tomaba tanto como veinte minutos. La segunda manera era llenar el bombillo con agua y luego derramar el contenido en una taza de medir, lo cual generalmente tomaba un minuto. Edison jamás empleó a los ingenieros que usaron el primer método. Él no quería que lo impresionaran, deseaba que brindaran resultados sencillos.

El segundo elemento en la solución efectiva de los problemas es la habilidad de tomar decisiones. Thomas J. Watson, antiguo director de IBM, creía que solucionar los problemas rápidamente era esencial para progresar. «Soluciónelo», afirmaba. «Soluciónelo rápido, bien o mal. Si lo soluciona mal, rebotará y lo golpeará en el rostro, y entonces podrá resolverlo bien. Quedarse muerto en el agua y no hacer nada es una alternativa cómoda porque no es arriesgada, pero es una manera absolutamente fatal de administrar un negocio». Y también es una terrible manera de la gente administrar sus vidas. Ayude a otros a percatarse de cuándo necesitan ajustar el curso, encontrar soluciones sencillas en las que crean, y ejecútelas sin demora. No permita que continúen viajando extraviados por ningún tiempo.

Inculque confianza en ellos

Un truco para ayudar a otros con sus problemas y errores es que pueden dudar de ellos mismos. Anime continuamente a las personas que ayuda. George Matthew Adams afirmó: «Lo que piense es más significativo que ninguna otra cosa en su vida. Más de lo que gana, más de lo que cuesta su casa, más que su posición social, y más que lo que alguien pudiera pensar de usted». El tamaño de las personas y la calidad de su actitud son más importantes que el de ningún problema que puedan enfrentar. Si sus personas siguen confiadas, podrán vencer cualquier obstáculo.

EL NAVEGANTE SE QUEDA CON EL PUEBLO

Por último, el buen navegante viaja con las personas que conduce. No dirige para luego marcharse. Viaja junto con su pueblo como amigo. Richard Exley, autor y conferencista, explicó su idea acerca de la amistad de esta manera: «Un verdadero amigo es alguien que escucha y entiende cuando usted expresa sus sentimientos más profundos. Lo apoya cuando lucha; lo corrige, gentilmente y con amor, cuando yerra; y lo perdona cuando fracasa. Un verdadero amigo lo impulsa al crecimiento personal, lo estira para que alcance todo su potencial. Y lo más sorprendente es que celebra sus éxitos como si fueran propios».

A medida que se una con algunas de las personas que influye y las guía, podrían experimentar momentos difíciles. Usted no será perfecto ni tampoco lo serán ellos, pero recuerde las palabras de Henry Ford: «Su mejor amigo es aquel que le saca lo mejor». Esfuércese por seguir ese objetivo, y ayudará a muchas personas.

Una vez que ellas aprendan a convertirse en solucionadores efectivos de problemas y puedan navegar por su cuenta, sus vidas comienzan a cambiar dramáticamente. Ya no se sienten indefensos ante las difíciles circunstancias de la vida. Pueden aprender a resistir los embates, y hasta evitar algunos. Y una vez que la solución de problemas se convierta en un hábito, ningún desafío parecerá demasiado grande.

La habilidad de navegar en los problemas y sobreponerse a los obstáculos es una destreza que cualquiera puede aprender, pero implica práctica. 

Usted puede tener esa misma habilidad. Conviértase en navegante en la vida de los demás. Podrá usar su influencia para ayudarlos a avanzar al próximo nivel, y de asistirlos durante sus horas más tenebrosas, serán sus amigos por toda la vida.