Cómo Superar la Adversidad

La adversidad es algo inesperado, ocurre cuando menos lo sentimos. Por ello es importante prepararnos mentalmente antes de que ocurran.

Debes prepararte para la oscuridad, mientras viajas bajo la luz del sol.

Comprende que ninguna condición es permanente. En tu vida existen estaciones del mismo modo como existen en la naturaleza. Ninguna situación a la que te enfrentes, buena o mala, será duradera.

No hagas planes que abarquen más de un año. Todo depende de cómo se enfrente uno a los inesperados movimientos del enemigo, que no pueden preverse, y de cómo se maneje todo el asunto.

adversidad, problemas, superaciónTu enemigo, si no estás preparado, pueden ser los ciclos de la vida, esos ritmos misteriosos de altibajos que, como las grandes olas, se alzan y caen en las playas del mundo. La marea alta y la baja, la salida del sol y el crepúsculo, la riqueza y la pobreza, el placer y la desesperación, cada una de esas fuerzas prevalecerá en su hora.

Compadécete del hombre rico, que viaja en la marea alta de lo que parece una cadena interminable de grandes logros. Cuando la calamidad lo golpea, está mal preparado y llega a la ruina. Vive siempre preparado para lo peor.

Compadece al pobre, hundido en la marea baja de un fracaso tras otro, de una tristeza tras otra. A la larga deja de esforzarse, precisamente cuando la marea cambia y el éxito viene a su encuentro. Nunca dejes de esforzarte.

Ten siempre fe en que las condiciones cambiarán. Aunque en tu corazón haya un gran peso, tengas el cuerpo lacerado y la bolsa vacía y no haya nadie que te consuele. . . persevera. Del mismo modo como sabes que el sol volverá a aparecer, tu periodo de desgracia debe tener un final. Siempre ha sido así y siempre será.

Y si tu trabajo y tu paciencia y tus planes te han dado buena fortuna, busca a aquéllos cuya marea es baja y levántalos. Prepárate para el futuro. Puede llegar un día en que lo que tú ha as hecho por otro, lo hagan por ti.

Recuerda que nada es permanente, pero, sobre todo, atesora el amor que recibes. Éste sobrevivirá mucho después que tu oro y tu buena salud se hayan desvanecido.

Y considera que puedes perder hasta ese amor, pasado un tiempo, a sabiendas que un día se reunirán por toda una eternidad en un lugar donde no hay ciclos. No hay altibajos, no hay dolor ni pesadumbre y, sobre todo, no hay fracasos.