Reglas de Oro del Mundo del Trabajo

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En este artículo un asesor de empresas nos enseña las reglas claves que toda persona debe utilizar en la oficina.

En los años que he dedicado a asesorar empresas he aprendido que hay en este campo algunas reglas elementales, las cuales sería un grave error pasar por alto. Se basan en verdades cotidianas que la gente debería conocer, aunque a menudo no sea así. He aquí una selección de ellas:

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  • Los negocios están hechos de victorias ambiguas y derrotas dudosas. Tómalas siempre como victorias.
  • Procura recordar lo que hagas; no faltará quien te pida cuentas.
  • No confundas un memorando con la realidad. La mayoría de los memorandos que vienen de arriba son fantasías políticas.
  • Nunca le lleves a tu jefe un problema si no se te ha ocurrido alguna solución. Ten presente que te pagan por pensar; no por quejarte.
  • Las jornadas largas no significan nada. Los resultados son lo que cuenta; no el esfuerzo.
  • Anota tus ideas, porque las ideas, como las plumas finas, se pierden muy fácilmente.
  • Llega siempre al trabajo media hora antes que tu jefe.
  • En la sala de conferencias, siéntate a la mesa; no junto a la pared.
  • En la medida de lo posible, no trabajes en los fines de semana. Si es necesario, trabaja más tiempo de lunes a viernes.
  • No faltes al trabajo por enfermedad, a menos que sea cierto.
  • Da por sentado que nadie guarda secretos.
  • Identifica las circunstancias en que te desempeñas mejor: durante la mañana, durante la noche, con presión, sin presión… Basándote en ello, planea tus actividades, y establece prioridades.
  • Trata a todo el personal de la empresa con respeto; lo mismo da que sea el empleado de limpieza que el presidente. Por nada del mundo te des aires de superioridad.
  • Cuando tengas ganas de emprender tu propio negocio, conversa con alguien que lo haya hecho. Quizá cambies de parecer.
  • Jamás te pongas nervioso ante un cliente o ante tu jefe. Respira profundamente y pregúntate: ¿qué trascendencia tendrá esto en la historia de la humanidad?
  • Reconocer los logros de los demás reditúa doblemente.
  • Es absurdo planear tu futuro profesional. Las oportunidad más valiosas suelen surgir de improviso.
  • Dedícate a hacer lo que seguirás recordando dentro de diez años.
  • El tamaño de tu oficina importa menos que el tamaño de tu sueldo.
  • Aprende a reconocer un trabajo terminado, y no entregues los tuyos hasta que lo estén.
  • Quien se  pasa todo el tiempo trabajando no es trabajador: es aburrido.
  • Aprende a escribir notas de agradecimiento, propuestas y otros mensajes de negocios.
  • No te sientas incómodo en presencia de los ejecutivos de mayor rango, o aprende a disimularlo.
  • No seas tramposo. No mientas en los informes de gastos, ni en el pago de impuestos, ni en las declaraciones de los ingresos. Jamás engañes a tus colegas.
  • Siempre que se reorganiza una empresa, más de un empleado se queda en la calle. Ingéniatelas para formar parte del comité encargado de hacer las recomendaciones.
  • Recuerda que la seguridad en el trabajo no existe.
  • Los niños son generadores de verdades e ideas. La mejor frase para romper el hielo en una reunión escabrosa se la oí a un pequeñín de seis años: “Levanten la mano los que estén enfadados”.
  • Ten siempre una respuesta a la pregunta: “¿Qué haría si perdiese mi empleo mañana?”
  • No se te ocurra faltar a la fiesta anual de la compañía.
  • No te embriagues en la fiesta anual de la compañía.
  • Ayuda a otros a encontrar empleo. Ellos te corresponderán.
  • Las personas que triunfan en los negocios son interesantes.
  • Algunas veces estarás de suerte y todo te saldrá bien; sácales el máximo partido a estas ocasiones. Cuando ocurra lo contrario, mantén la calma y espera a que pase el temporal.
  • Jamás digas: “Ese trabajo no me corresponde”.
  • Sé leal a tu carrera, a tus intereses y a ti mismo.
  • Identifica las habilidades y los conocimientos que te distinguen. Echa mano de ellos siempre que se tercie.
  • A los seres humanos se les queda muy grabado el final de cualquier obra. Como dicen en el boxeo: “Hay que lucirse más al final de la pelea que la principio”.

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